En muchas ocasiones nos preguntamos cómo debemos comunicarnos con las personas de nuestra vida en determinadas situaciones para hacerlo de la mejor forma posible, por ejemplo, en una discusión o cuando queremos dar nuestra opinión respecto a un tema.
Existen tres estilos comunicativos básicos. Por un lado, encontramos la comunicación agresiva, en la cual la persona busca alcanzar sus propios objetivos sin tener en cuenta a los demás. Normalmente utilizan el sentimiento de culpa o la intimidación para conseguir lo que quieren. Por otro lado, está el estilo pasivo el cual suele ser utilizado por personas que pretender evitar a toda costa el conflicto y pasar desapercibidos; por ello acaban haciendo lo que la mayoría quiere, aunque no les parezca bien o en ese momento no les apetezca. Por último, encontramos la asertividad en la cual nos vamos a centrar.
La asertividad se define como el conjunto de habilidades que permiten a las personas expresar ideas, opiniones o sentimientos y reclamar sus derechos siempre respetando a los demás. En las relaciones de amistad o pareja es fundamental la comunicación y esta es una de las formas más eficaces ya que entre sus características encontramos, por ejemplo, hablar de forma tranquila y directa, intentar encontrar el punto medio entre las partes en una discusión, respetar en todo momento a los demás y actuar de forma adaptativa a las circunstancias. Por lo general, las personas que utilizan este estilo suelen tener autoestima y ser seguros de sí mismos.
Para integrar esta forma de comunicación en nuestro día a día, algunos consejos son: por una parte, practicar la escucha activa, lo cual como su propio nombre indica, se trata de prestar total atención a lo que dice la otra persona y que de esta forma ella se sienta escuchada. A su vez es primordial ser empático ya que si nos ponemos en el lugar del otro la comunicación será mas fluida y amigable a la vez que respetuosa por ambas partes. Es necesario por otra parte, reconocer las diferencias que tenemos con las demás y no suponer que uno mismo siempre tiene la razón si no que existen múltiples puntos de vista de un mismo tema. Un aspecto fundamental es aprender a decir que no. En ocasiones decimos que, si a proposiciones por no ser maleducados o por miedo a perder a esa persona a la cual queremos, pero es importante mostrar tu rechazo ante aquello que no consideres bueno para ti o simplemente que no te apetezca hacerlo. Por último, un punto el cual la gente muchas veces pasa inadvertida es la comunicación no verbal la cual es elemental en cualquier comunicación ya que reafirma mediante posturas, gestos y miradas todo aquello que estas expresando con palabras.
Aunque este estilo parece algo difícil de trasladar a la vida diaria, a base de practicar con nuestras personas cercanas podremos llegar a tener relaciones interpersonales satisfactorias y saludables.
Ruth Furest Martín.
Graduada en Educación social y estudiante del máster Estudios Interdisciplinares de género
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