Existen multitud de sustancias químicas sintéticas utilizadas para distintas actividades de nuestro día a día: en fábricas, industrias, empresas, supermercados, hogares, etc. Muchas de estas sustancias químicas tienen una estructura muy parecida a la de los estrógenos, que son hormonas naturales que confieren las características femeninas. Sus fórmulas químicas tienen en común un elemento: el fenol, el cual les permite tener aspecto parecido al de los estrógenos.
Por ello, estas sustancias químicas suponen un problema cuando se hacen pasar por hormonas femeninas en el organismo y las suplantan en las células. Así, son capaces de enviar y recibir señales en el momento equivocado. Debido a estos efectos de alteración hormonal, las sustancias que “imitan” a los estrógenos son conocidas como DE o disruptores endocrinos, también llamados alteradores hormonales. No sólo se encuentran en las fábricas y laboratorios afectando en gran medida a los trabajadores y trabajadoras que los manipulan, sino que también están presentes en todo tipo de productos de consumo habituales, como artículos de aseo, productos de limpieza, envases de plásticos, aditivos alimenticios, biberones, medicamentos, pesticidas, disolventes, etc.
Estudios científicos demuestran que los DE favorecen la aparición de células de cáncer de mama y tumores hormonodependientes, además de alterar el desarrollo de las glándulas mamarias en estado fetal y en la adolescencia, lo que aumenta la predisposición durante la infancia al cáncer de mama durante la edad adulta.
A modo de ejemplo, el bisfenol A (BPA) es un DE muy tóxico, ya que puede activar los receptores de estrógenos y estimular la multiplicación de células cancerosas. La exposición de BPA está muy presente en productos cotidianos como antes se ha dicho, con lo cual, al estar en el plástico que contiene los alimentos o los líquidos, el producto pasa a éstos, luego la ingesta es lo que hace que aparezca en nuestro cuerpo esta sustancia tan tóxica.
Es posible prevenir el cáncer de mama mediante la supresión de este tipo de productos, mediante normas y legislación, medidas de precaución y el Principio de Prevención para mujeres trabajadoras que están embarazadas. Evitando los productos identificados con los símbolos de reciclaje que contengan el número 3 y 7, los cuales contienen BPA, se reduciría la posibilidad de padecer este tipo de enfermedad. Los demás números (1, 2, 4, 5 y 6) están exentos de presentar BPA.
Por ejemplo, en todas las botellas de plástico de agua se puede observar en la parte de abajo de la misma el número 1 (PET), mientras que en todas las toallitas húmedas que vienen en envases de plástico se puede encontrar el número 7 (OTROS).
Sin embargo, el símbolo de reciclaje que marca el número 6 está hecho de poliestireno, y es muy tóxico para el medio ambiente ya que tarda más de mil años en degradarse. Se usa normalmente para bandejas de alimentos, embalaje de electrodomésticos y algunas tazas de café. El problema de usar poliestireno en alimentos, sobre todo en líquidos calientes, es que puede filtrar estireno, un hidrocarburo que está clasificado por el Centro Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (CIIC) en el grupo 2A como probable carcinógeno para el ser humano.
Según estudios realizados sobre la exposición a sustancias químicas presentes en el plástico, en especial para el cáncer de mama, se recomiendan algunas medidas y estrategias para reducir el riesgo: llevar tu propia agua contigo en un contenedor de vidrio, acero o cerámica con agua del grifo filtrada; reducir la cantidad de comida enlatada que comes y la cantidad de fórmula enlatada que das a tu bebé; usar mamaderas con etiquetas que digan “sin BPA”; evitar manejar recibos impresos en papel como el de los supermercados, puesto que éstos también tienen BPA (si te lo entregan no lo recicles, ya que el reciclado de recibos con BPA pueden esparcir esta sustancia a otros productos hechos con papel reciclado, incluidos el papel higiénico y las servilletas); así como fijarse detenidamente en los plásticos con los símbolos de reciclaje.
Visita el siguiente vídeo explicativo: https://youtu.be/L73RbJuodQE
Óscar Almeida Sánchez
Graduado en Ciencias Ambientales y Máster en Gestión Sostenible del Ambiente. Especializado en Entomología y en Nutrición y dietética deportiva.
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