Desde siempre han existido notables diferencias entre las funciones que desempeñan los hombres y a las mujeres en todos los ámbitos: familiar, social, laboral, educación y ciencia, entre muchos otros aspectos. Según las Naciones Unidas, la brecha de género en los sectores de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas persiste desde hace años en todo el mundo.
Se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia con el fin de lograr el acceso y la participación plena, activa y equitativa para la mujer en el campo científico, y además conseguir la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, hecho más que significativo para evolucionar hacia una sociedad justa e igualitaria.
Para hacernos una idea, desde hace siglos las mujeres han aportado importantes descubrimientos e investigaciones al mundo. Nos remontamos a mediados del siglo XIX cuando Ada Lovelace, matemática, informática y escritora, se convierte en la primera programadora de ordenadores gracias a sus conocimientos en ingeniería, algoritmos y cálculos numéricos. Ya a principios del siglo XX, la científica Marie Curie fue pionera en el campo de la radiactividad, además de llevar a cabo importantes descubrimientos como los elementos químicos del polonio y el radio. Recibió el premio Nobel de Física y, años después, el de Química.
En los años 50, Rosalind Franklin, química y cristalógrafa, realizó multitud de trabajos relacionados con la difracción de rayos X, clave para revelar la estructura de los carbones, el grafito, el ARN y varios virus, así como la estructura del ADN. Durante esta época, la científica austriaca Lise Meitner investigó sobre radiactividad y física nuclear, logrando obtener la primera explicación de la fisión nuclear del uranio. Ya en los años 60 la bióloga marina Rachel Carson, quien se considera, gracias a la publicación de su libro sobre el problema de los pesticidas, Primavera silenciosa, pionera de la conciencia ambiental.
En el siglo XXI Margarita Salas, bioquímica española fallecida recientemente, investigó sobre biología molecular, contribuyendo al campo de la genética. Aportó importantes descubrimientos como el ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29, lo cual tiene múltiples aplicaciones biotecnológicas.
Como las anteriores mujeres y otras muchas que han contribuido a redactar la historia de nuestra humanidad, se deja ver perfectamente el importante papel que ha tenido la mujer en el desarrollo de la ciencia e investigación. La voz de estas mujeres y la voz de las que vendrán deben ser escuchadas en todas las partes del mundo, y para ello es necesario abolir la desigualdad de género, así como invertir en ciencia, innovación, salud, investigación y tecnología, con el fin de destruir los prejuicios y estereotipos de género y favorecer a una mejora de vida dentro de la sociedad.
Óscar Almeida Sánchez
Graduado en Ciencias Ambientales y Máster en Gestión Sostenible del Ambiente. Especializado en Entomología y en Nutrición y dietética deportiva.
Comentarios