Tarde soleada de toros en Villoria, en la que se respetaron las medidas anticovid y que comenzó con un homenaje a Javier Castaño con ocasión que los 20 años de alternativa.
587 días después regresaron los toros a la provincia de Salamanca con un lleno en los tendidos con el aforo máximo permitido y donde el buen ambiente y la ausencia de incidentes fue la nota predominante en una jornada festiva en Villoria. Primera vez que toreaban mano a mano los hermanos Castaño. Y, utilizando terminología futbolística empataron a una oreja. La corrida de Castillejo de Huebra tuvo un comportamiento notable destacando el tercero de la tarde, de nombre ‘Mostaza’ que fue premiado con la vuelta al ruedo al arrastre.
Javier Castaño tuvo una notable actuación con la muleta, con gran variedad de pases, alguno de ellos de rodillas.Tuvo una actuación sobresaliente el banderillero João Pereira que tuvo que saludar tras parear como marcan los cánones. El mayor de los Castaños realizó una faena de gusto y temple buscando siempre la ligazón y la estética. Los mejores momentos llegaron por el pitón izquierdo con naturales profundos con un toro muy enclasado. Cerró la obra con unos ayudados por bajo muy sentidos que conectaron con los tendidos. La espada le privó de un premio grande quedándose todo en una ovación con saludos.
Mucha transmisión tuvo el de Castillejo de Huebra que permitió a Damián realizar una faena de altos vuelos por ambos pitones. Sensacional fueron los pasajes al natural, con una estética excelsa con los riñones metidos. La última tanda, trincherazos y ayudados por bajo tuvo mucho gusto. Tras un pinchazo y dos descabellos obtuvo una oreja. Damián Castaño destacó con el capote, utilizando la suerte de gaoneras por la espalda, gallego de rodillas a mano cambiada, chicuelinas y tafalleras. Con la muleta, aparte de una serie de pases de rodilla, ejecutó otros mirando al tendido.
El número 46, de nombre ‘Mostaza’, fue el toro más completo y bravo de la tarde. Tanto fue así que se ganó el premio de la vuelta al ruedo. Javier Castaño lo lidió de capa con su habitual maestría y lució al toro en el caballo recibiendo dos puyazos. De nuevo brilló en banderillas el luso João Pereira. El toro tuvo muchas cualidades, fijeza, trasmisión, emoción y humillación. La faena de Javier fue de menos a más, acoplándose con el toro a la perfección de mitad de faena en adelante. El toreo en redondo y la ligazón fue la base de la obra aunque los momentos más reposados llegaron al natural. El pinchazo que antecedió a la estocada casi entera le privó de los máximos trofeos, quedándose en una oreja.
El cuarto y último de la tarde fue un toro que sacó muchas dificultades y peligro poniendo en dificultades a Damián Castaño. No pudo haber lucimiento en el capote. Recibió dos varas el burel. Llegó a la muleta reservón. Damián tiró de raza y oficio para anteponerse a las complicaciones. Pinchazo, gran estocada y dos golpes de verduguillo que le privaron de arrancarle la oreja
Plaza llena, con asistencia de público de muchas zonas de la provincia, incluso de algunas bastante alejadas, como Aldeadavila, cuya asociación taurina desplazó a 14 de sus integrantes.
Fotografías: Daniel Tapia Artiles (@dtapiaph)
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