El pasado domingo, cerca de 3.000 personas dieron comienzo a la octava protesta de la llamada Marea Blanca en defensa de la Sanidad Pública.
La manifestación teñía las calles de Salamanca de blanco, desde las 12 de la mañana, y dando comienzo en el Hospital Virgen Vega, en dirección a la Gerencia de Salud de Área. Entre sus principales reivindicaciones, la Marea Blanca manifestaba la necesidad de incrementar la plantillas, reforzar el sistema en el ámbito rural y la apertura del Hospital y de los centros de salud sin filtros, es decir, igual que antes de la pandemia. Asimismo, reclamaban la construcción de los centros de salud de Prosperidad y de Zurguén que habían sido prometidos y cuya construcción se encuentra paralizada. Junto a esto, piden también piden el restablecimiento de las consultas presenciales así comola reducción de la listas de espera. Los manifestantes aseguran sentirse "engañados" por parte de la Consejería de Sanidad de Castilla y León.
Aseguraban que “Venimos reclamando políticas coherentes durante toda la pandemia, pero desde la consejería de Sanidad y el gobierno del PP y Cs de la Junta de Castilla y León se han mostrado impasibles a tomar las medidas necesarias que protegieran la salud de los ciudadanos. Desde el principio nos han estado engañando”
“Reivindicamos la reapertura y funcionamiento normal de la Atención Primaria, cerrada desde el inicio de la pandemia”, hacía hincapié la portavoz, asegurando a continuación que el nuevo plan de la Consejería de Sanidad será sin duda “una auténtica chapuza”.
La COVID-19 ha servido para mostrar las "graves carencias" que el sistema posee y recuerdan el gran esfuerzo que todos los sanitarios han realizado en esta pandemia incluso bajo condiciones que definen como "precarias"
Sonia Sánchez
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