Los astros y las energías se ha convertido en un fenómeno de masas en los últimos años
Términos como la "carta astral", el "ascendente" o las "manifestaciones" están cada vez más implantados en nuestra sociedad pero todo este boom astrológico no es nada nuevo. En la antiguedad diferentes tribus creían en el universo y las energías y, en la historia contemporánea, ya había grupos que defendían acérrimamente la veracidad de los signos del zodiaco o la influencia de los astros. La diferencia con la actualidad, es que antes estos grupos suponían una minoría, y eran muy marginados debido a que este tipo de creencias. Actualmente, gracias a las redes sociales, usuarios de todo el mundo comparten su relación con la astrología, lo que ha tenido dos consecuencias: que las personas ya creían en ello se sintieran respaldas y se atrevieran a manifestarlo públicamente y que aquella gente que no conocía ese mundo, se sumergiera en él.
Asimismo es relevante el hecho de que las religiones tradicionales están perdiendo adeptos. La religión católica, sin ir más lejos, pierde casi 300.000 seguidores al año. Según el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), ya solo dos tercios de los españoles mayores de 18 años se definen como católicos. Eso supone una pérdida de 17 puntos en dos décadas. Y es que el porcentaje de los españoles que se define como católico pasó del 83,6% al 66,9% en las mismas dos últimas décadas en las que la tasa de ateos e incrédulos estuvo cerca de triplicarse al crecer del 11,9% al 29,7%.
Debido a ambos factores, las nuevas generaciones han buscado otras vías que se separan de las creencias tradicionales, y por ese motivo los libros sobre la temática figuran entre los más vendidos en los rankings, los videos en YouTube tienen miles de reproducciones y los perfiles sobre astrología en redes sociales tienen millones de seguidores.
“Estamos viviendo un cambio de paradigma rotundo, y lo que nos hacía sentir seguros ya no nos sostiene, ahí aparece la Astrología de forma masiva y popular. El ser humano comienza a hacerse preguntas que la astrología puede responder, es un lenguaje en el cual se estudia la singularidad de cada ser”, afirmó públicamente Camila Giataganellis, investigadora astrológica.
Los humanos somos, por naturaleza, seres curiososos. El amor, el futuro o la muerte son temas que nos llenan constantemente de dudas. Estamos llenos de incógnitas sin respuesta que, al igual que ha pasado a lo largo de la historia con las religiones, nos empujan a un refugio trascendental. La astrología no es únicamente leer la sección del zodiaco de los periódicos - la que, en su mayoría, est
La astrología tiene dos problemas de cara a su aceptación total a nivel social:
El primero es que, como en toda ideología, la gente que no cree en una dimensión más allá de la tangible necesita pruebas empíricas, algo naturalmente imposible, por lo que todos aquellos que requieren de una demostración científica, obviamente son incapaces de creer.
El segundo es la desinformación. La astrología lleva años relacionándose con las secciones del zodiaco de los periódicos - las cuales, en su mayoría, son escritas por gente que únicamente escribe frases generales con las que cualquiera podría identificarse - y eso reduce la astrología a 4 frases abstractas, cuando en realidad es mucho más. La astrología habla de energías, de que todo pasa por algo, de cómo el universo puede escucharte y otorgarte todo aquello que le pidas. También se rescata la creencia en el poder de los cristales, algo que pensaban ya tribus como los Mayas o los Celtas, que canalizaban las energías a través de diferentes minerales para realizar curaciones. En resumen, la astrología es un modo de vida al que cada vez se suman más y más personas.
Tal y como afirmó la propia Giataganellis, “Quienes no creen puede ser que no se hayan identificado porque es posible que, si se conoce a través de chistes o descalificaciones, no se sientan interpelados. Hay que aceptar cada una de las partes y respetar los tiempos de cada uno”
Malena Sánchez
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