Este martes el Consejo de Ministros ha aprobado la venta de los test de antígenos sin receta. La medida ya entró en vigor en todo el territorio nacional. Las personas que deseen realizarse un autodiagnóstico de COVID-19 podrán adquirir las pruebas en las farmacias sin mayor complicación. No obstante, los expertos destacan que la finalidad del mecanismo es facilitar un diagnóstico, no reemplazar a las PCR.
Desde este miércoles se puede obtener sin prescripción médica las pruebas de diagnóstico de COVID-19. Las farmacias dispondrán tanto de pruebas de antígenos (aquellas que comprueban si existe una infección en curso) como de la de anticuerpos o serología (permiten saber si se ha pasado la enfermedad con anterioridad). Estas, se venderán tanto formato nasal como bucal. Mientras que, el precio del test será libre. Por ello, dependerá de la marca y el establecimiento. No obstante, el coste promedio se ubica alrededor de los 10 euros.
Con la nueva medida, España se suma a sus congéneres europeos que ya han optado por la venta libre de las pruebas. Países como Francia, Alemania, Austria y Bélgica tienen meses aplicando esta estrategia. La intención de la venta sin prescripción es reducir la presión en los centros de salud y sumar un nuevo mecanismo para la detención del virus. Sin embargo, las autoridades hacen un llamado a ser muy conscientes con su uso.
Un resultado positivo implicaría la obligación de ponerse en contacto con los servicios médicos y actuar con la prevención necesaria. Ignorar una posible infección por COVID-19 solo empeoraría la situación epidemiológica. Mientras que, salir negativo no es suficiente para relajarse. Existe la posibilidad de que la carga viral sea muy baja y el test no logre detectarla. Por ello, algunos profesionales de la salud destacan que en caso de presentar síntomas es mejor decantarse por una PCR o repetir la prueba de antígenos para disponer de mayor seguridad.
El nuevo método de diagnostico no es infalible. Las pruebas tienen una especificidad de un 97% y una sensibilidad del 90%. Sin embargo, un estudio de Cochrane apunta que en el caso de las personas que presentan síntomas la prueba sería en un 72% certera. Mientras que, en los asintomáticos su eficacia se reduciría a un 58%. Esto puede deberse a que la carga viral disminuye con el tiempo. Por ello, los expertos recomiendan hacer uso de la prueba durante la primera semana desde el posible contagio o en los cinco días siguientes a la aparición de los síntomas.
En este sentido, las pruebas de antígenos de venta libre no pretenden reemplazar otras medidas de seguridad. Sin embargo, podrían ser un buen mecanismos para aquellas personas que estuvieron en contacto con un positivo y desean verificar no estar contagiados. Por otro lado, también permitirían a colectivos sociales que no puedan desplazarse a un centro de salud disponer de un método de diagnostico en las cercanías. Por ello, las autoridades consideran que usándose de manera adecuado puede ser un buen método para evitar la propagación del virus.
María Andrea Sandia Perdomo
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