El gobierno español señala que España está cerca de alcanzar la tan ansiada inmunidad de rebaño.
El presidente del poder ejecutivo, Pedro Sánchez, ha asegurado que el país alcanzará el 70% de inmunización para finales de este agosto. Sus congéneres europeos afirman también estar muy cerca de alcanzar este objetivo. Sin embargo, experto de la salud apunta que el umbral del 70% podría estar desfazado de la realidad. La alta transmisibilidad del virus y las nuevas variantes son algunos de los factores que podrían hacer que el 70% de inmunizados no sea suficiente para controlar el virus.
Desde la aparición de las vacunas las autoridades a nivel global han destacado la importancia de alcanzar la llamada inmunidad de rebaño. Esta sería la condición en la que una sociedad se hace resistente a una enfermedad. Para alcanzarla es necesario llegar a un porcentaje mínimo de inmunización. Dicho porcentaje varía dependiendo del virus.
En el caso de COVID-19, la OMS determinó que la inmunidad de rebaño sería efectiva cuando al menos entre un 60% y un 70% de la población tuviera anticuerpos contra la infección. La mayoría de los países europeos están orientados a alcanzar al menos un 70% de su población vacunada para sentirse seguros. Sin embargo, estudios recientes revelan que esta cifra podría resultar insuficiente.
El umbral para alcanzar la inmunización ante una enfermedad no es algo fijo. Frente al primer brote de COVID-19 se estableció que sería de necesario alrededor de un 70% de la población con anticuerpos para obtener dicha inmunidad. Esto era válido en principios de la pandemia cuando el número de reproducción del virus se calculaba entre 2 y 3. Es decir, una persona contagiada transmitiría el virus a entre dos y tres personas. Sin embargo, hay factores que modifican está facilidad de reproducción. El nuevo panorama global comprende nuevas cepas de la enfermedad. Algunas de ellas, como la Delta, son mucho más transmisibles.
En este sentido, la intención de la inmunidad de grupo es hacer fallar la cadena de transmisión del virus. En estos casos, el virus choca constantemente con personas inmunizadas (bien sea por haber sido vacunadas o por haber pasado la enfermedad). Por ende, se le hace imposible reproducirse. Así, los contagios se reducen de manera considerable. En este sentido, la cifra de un 70% de inmunizados resulta muy positiva para el país. Sin embargo, los expertos aseguran que no debemos confiarnos.
Algunos profesionales de la salud han aseverado que, frente al avance de la variante Delta, se deberá tener al menos un 85% de la población protegida para poder alcanzar la inmunidad de rebaño. Mientras que, otros se han aventurado a afirmar que ante la nueva situación epidemiológica es necesaria una inmunidad mínima de un 90% para cortar la transmisión del virus. Las causas de ello serían la alta transmisibilidad de las nuevas variantes y el hecho de que las vacunas todavía no son esterilizantes al 100 % (es decir, en prevén en gran medida la hospitalización y la muerte más no siempre la infección).
María Andrea Sandia Perdomo
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