Redacción 11 |
miércoles, 18 de agosto de 2021, 01:41
La toma del poder en Afganistán por parte de los talibanes ha generado caos en Kabul. Miles de personas buscan de manera precipitada salir del país. El nuevo régimen asegura que no hay nada que temer. Líderes del grupo fundamentalista destacan que el gobierno será plural y los derechos de la mujer estarán garantizado dentro de lo que establece la Sharía (ley islámica). No obstante organismos internacionales demuestran su preocupación por la nueva situación.
En la regiones que ya eran controladas por los talibanes la violencia hacia la mujer era mucho más palpable que en otras ciudades del país. Mientras que, durante los 20 años de ausencia política de los talibanes el país había dado pequeños pasos en pro de garantizar la salud y educación femenina. Con todo esto, Afganistán seguía estando clasificado como uno de los países en los que la igualdad de género estaba más lejos de ser alcanzada. Activista a nivel mundial afirman estar muy asustadas de perder todo el avance que se había logrado en esta materia.
No sería la primera vez que esto ocurre en el país. La primera llegada al poder de los talibanes el 1996 trajo consigo un notable retroceso en materia de igualdad. Para antes de la llegada del extremismo el país estaba avanzando en el tema de educación femenina. Si bien muchas niñas seguían sin poder acceder a un colegio, el Estado ya había dado los primeros pasos para de garantizar la educación femenina. Mientras que, la Constitución de 1960 del país ya empezaba a reconocer algunos derechos vinculados a la igualdad. Todo esto cambió con la llegada de los talibanes al poder. Durante cinco años los derechos de la mujer fueron brutalmente reprimidos. La preocupación general es que se repita la historia.
En este sentido, laAsociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán publicó una lista con algunas prohibiciones que podrían volver a imperar en el país bajo el control de los talibanes. Las nuevas normas limitarían a la mujer en todos los ámbitos. Aquí algunas de las más relevantes:
Un vida recluidas en el hogar: Para el fundamentalismo islámico el lugar de la mujer está en el hogar. La crianza de los hijos es materia femenina. Por ello, las mujeres deben permanecer en casa realizando las tareas domésticas. La sola salida del recinto familiar sin compañía masculina puede ser severamente castigada.
Durante el primer mandato de los talibanes la vida de la mujer debía estar tan aisladas del mundo exterior que se les prohibía salir a sus balcones y las ventanas debían ser opacas para evitar que alguien del exterior pudiera verlas. Por el mismo motivo las mujeres en general no deben trabajar fuera de la casa. Existen algunas excepciones como el trabajo en el área de salud o los campos, pero son casos muy contados y no todas las mujeres pueden acceder a ellos.
Menores de edad incluso en la adultez: dentro del extremismo religioso talibán las mujeres son consideradas seres inferiores. Legalmente son incapaces de tomar sus propias decisiones, Por ello, no puedo realizar ningún tipo de actividad jurídica sin la autorización y acompañamiento de su 'mahram' (persona masculina que ejerce sobre ellas la tutela legal. Normalmente el esposo, el padre o un hermano). Salir de casa en ausencia de una compañía masculina también esta prohibido y puede ser brutalmente castigada.
Prohibición de estudiar: la educación es una de las materias en las que más se perderá. En los últimos 20 años el gobierno afgano intentó incluir más a las mujeres en los planteles escolares. Muchas niñas obtuvieron la posibilidad de asistir a clases. Mientras que algunas jóvenes incluso pudieron cursar estudios universitarios que les permitieran desenvolver en el ámbito. Con la vuelta de los talibanes al poder esto cambiará radicalmente.
La burka volverá a ser obligatoria: Si bien la Burka era utilizada ya por casi todas las mujeres afganas, ahora su uso será obligatorio. Dentro de las corrientes más radicales del islam el solo hecho de mostrar los tobillos puede conllevar graves castigos. Durante los 20 años de presencia occidental en el país se intentó liberalizar los códigos de vestimenta a los que eran sometidos las mujeres. No obstante, los avances en esta materia fueron muy lentos.
La mayoría de las mujeres se sentían incómodas saliendo de casa sin estar totalmente cubiertas. Esto debido a las miradas y comentarios con los que se podían enfrentar en las calles. La vuelta al poder del extremismo reafirmará el uso de la burka. Al igual que prohibirá a la mujer el uso de colores vistosos debido a que son considerados colores sexuales.
La salud femenina no será una prioridad: la estricta interpretación de la Sharia de los talibanes incluye la prohibición de las mujeres de recibir asistencia médica masculina. En este sentido, el área de la salud es una de las pocas excepciones en las que se les permite a las mujeres trabajar fuera de casa. Sin embargo, con la imposibilidad de acceder a estudios universitarios y el bajo número de mujeres que se les permite trabajar la salud femenina se convertirá en un tema muy complejo.
Durante el periodo que los talibanes estuvieron en el poder el país acumulo la segunda peor tasa de mujeres muertas durante el parto. 16 de cada 100 jóvenes morían intentando dar a luz. Esto en parte a la ausencia de personal calificado para asistir el embarazo. Sin embargo, este no era el principal motivo. En 1997 los talibanes dispusieron que hombres y mujeres debían ser asistidos en hospitales separados. El pabellón de las mujeres fue trasladado a instalaciones deficientes.
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