La COVID y nuestro modo de vida: ¿vuelta a la normalidad o nueva normalidad?

Fotos de archivo tarde noche 26 07 2021 (3)
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Es en la forma de trabajar, de viajar, de consumir, de relacionarse e incluso de sobrellevar las relaciones internacionales donde los cambios provocados por la Covid-19 han sido más rápidos. ¿En qué medida una nueva normalidad puede condicionar la agenda internacional?


La forma de hacer diplomacia y legislar es una de las que quizás antes vuelva a la normalidad ante la constatación de los enormes límites que supone el uso de aplicaciones como “zoom” y la vulnerabilidad de algunas de estas reuniones virtuales. Cuando las condiciones sanitarias han permitido una tímida abertura, hemos visto cómo rápidamente se han sobrecargado las agendas internacionales, con cumbres, viajes oficiales y visitas pendientes.


Sin embargo, los cambios pueden haber sido más profundos en otros ámbitos de la vida cotidiana, y aunque no lo parezca, tendrán un impacto determinante en la agenda internacional. Uno de los más claros es el fenómeno del teletrabajo. Un estudio de Gartner publicado durante el primer confinamiento mostraba que el 88% de las empresas estadounidenses ofrecía, favorecía u obligaba al teletrabajo pero, por las mismas fechas, otro estudio de la Universidad de Chicago revelaba que mientras el 97% del trabajo legal y el 88% en el ámbito financiero podrían llevarse a cabo desde el hogar. Asimismo, constataba que, de forma general, los empleos que podían desarrollarse remotamente eran los mejor pagados.


De manera global, la consolidación de mecanismos de teletrabajo, incluso una vez superada la crisis sanitaria, puede favorecer el trabajo en red y la creación de equipos localizados en ciudades e incluso en continentes distintos, promoviendo, por tanto, la inclusión y la diversidad. Y, sobre todo, propulsaría el aumento de los datos en la nube como uno de los grandes temas de los próximos años. Esto se podía traducir en una gran competencia entre grandes compañías para hacerse con una parte del negocio del almacenaje de datos, sustentaría el debate sobre las soberanía digital y generará una mayor vulnerabilidad a los ciberataques.


Con el trabajo presencial y la progresiva, pero desigual, recuperación de la actividad económica volverá parte de la movilidad perdida. Durante este 2021 hemos visto cómo se han organizado y celebrado eventos como los Juegos Olímpicos de Tokyo, con 205 países participantes y más de 11.000 atletas. Pero, cualquier país que haya hecho de las infraestructuras aeroportuarias y de sus líneas de bandera una forma de posicionamiento internacional como Turquía, Qatar, Singapur o Marruecos, se juega mucho en este cambio.


Otro de los sectores más afectados por la pandemia ha sido el turismo. Según el barómetro de la Organización Mundial del Turismo, las llegadas de turistas internacionales disminuyeron un 70% en enero-agosto de 2020, con respecto al mismo periodo del año anterior. Esto representa 700 millones de llegadas de turistas internacionales menos en comparación con el mismo período de 2019, y se traduce en una pérdida de más de 700.000 millones de dólares en ingresos, más de 8 veces la pérdida registrada en 2009 bajo el impacto de la crisis económica mundial. La ausencia de nuevas perspectivas para la recuperación durante este año y el próximo, pone una en situación muy delicada a algunas economías o territorios dependientes del turismo exclusivamente. Junto a esta preocupación, muchos países deberán abordar el debate sobre la sostenibilidad del turismo y sobre las estrategias de recuperación económica.


Por su parte, el ámbito de consumo también ha cambiado. El golpe ha sido duro en sectores como la restauración, la cultura o el comercio al por menor. A nivel de modelo, se ha puesto en cuestión el atractivo de las grandes superficies comerciales que han llegado a condicionar los planes urbanísticos de espacios metropolitanos de medio planeta. Diversos artículos e informes argumentan que los comerciantes no deberían apostar por un retorno a la normalidad per-pandemia sino por la reordenación de su modelo de negocio. Pero, ¿es esto tan fácil?


Ahora, con la aparición de la nueva variante del coronavirus no sabemos cómo va a evolucionar la situación. Tras unos meses de aparente “normalidad”, Ómicron llega para presentarse ante todos y darnos una llamada de atención, y que no bajemos la guardia porque esto no ha acabado.


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