Los presos de ETA reabren la herida nacional todavía sin cicatrizar

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Este lunes, el colectivo que agrupa a los miembros de la banda encarcelados, ha solicitado en un comunicado a sus familiares que les organicen actos “privados y discretos” en su retorno. Las calles y plazas del País Vasco y de Navarra no volverán a ser escenarios ongi etorris organizados para homenajear a los presos de ETA cuando cumplen sus penas de cárcel.


Casi 200 presos de la banda cumplen sus condenas en cárceles de España y, como aseguró Arnaldo Otegi, el líder de EH Bildu, el 18 de octubre en Eibar, su puesta en libertad constituye la prioridad de la coalición abertzale que apoya al Gobierno de Pedro Sánchez.


El Colectivo de Presas y Presos Políticos Vascos (EPPK) ha hecho público un comunicado en los medios Naiz y Berria en el que pone fin a los homenajes públicos llevados a cabo por miles de simpatizantes de la izquierda abertzale condenadospor terrorismo.


Otegi ha defendido que la petición es una aportación “indudable” para la convivencia democrática."Construir puentes y no trincheras es una condición indispensable para la convivencia democrática. La decisión política hecha pública hoy por EPPK es una aportación de indudable significado y valor en esa dirección”, ha afirmado Otegi desde sus redes sociales.


Hasta este lunes, el líder de EH Bildu y sus simpatizantes defendían que los homenajes etarras formaban parte de un proceso por la “convivencia y la paz” y no contra las víctimas del terrorismo. Sortu (partido político cuyo ámbito de actuación son las comunidades autónomas españolas del País Vasco y Navarra) acusó a quienes se oponen a estos homenajes de utilizar un relato de “vencedores y vencidos”.


Los presos de ETA que ahora han renunciado expresamente a sus homenajes comparten las mismas palabras que los dirigentes de Sortu, pero reconocen que los actos que les convertían en protagonistas provocan “dolor” entre los familiares de las víctimas causadas por sus atentados.


En el comunicado públicos los miembros de la banda expresan que “aún aceptando que la persona que sale a la calle tras largos años y condiciones durísimas en prisión tiene derecho a recibir el abrazo de sus allegados, (esas víctimas) han expresado que los actos públicos de recibimiento les provocan dolor”. Los presos de la banda reconocen que ese “dolor” se ha producido por “las acciones de nuestra militancia del pasado”.


En la última década, 373 miembros de ETA han cumplido sus condenas y, muchos de ellos, han sido recibidos en sus pueblos con celebraciones callejeras que incluían el ondear las ikurriñas, las bengalas, las flores y hasta los aurreskus (baile tradicional vasco) de honor protagonizados por jóvenes.


La petición de los presos de la banda se produce mes y medio después del acto celebrado en los jardines de Aiete por Arnaldo Otegi y Arkaitz Rodríguez, en el que los dos dirigentes de EH Bildu y Sortu manifestaron que “sentían el dolor” producido a las víctimas de ETA y que “nunca” debía de haberse producido.


El fin de ETA, del que se cumplen ahora 10 años, no ha servido para cicatrizar muchas heridas políticas, ni para evitar el uso partidista del terrorismo para atizar al Gobierno. Ni siquiera cuando se trata de una noticia en “positiva”, como podría ser acabar con los polémicos actos, algo que se venía reclamando por casi la unanimidad de las fuerzas políticas representadas en el Parlamento.


El anuncio del colectivo EPPK coincidió con el debate en el Congreso de una proposición de ley, registrada por Ciudadanos en teoría, de memoria, dignidad y reparación de todas las víctimas del terrorismo que al final de la jornada fue derrotada por 179 votos y solo acumuló los 143 de ese partido, el PP, Vox, UPN y Foro Asturias. La oportunidad destruyó cualquier posibilidad de un debate apacible.


El Gobierno, PSOE, Unidas Podemos, y algunos de sus socios habituales, ERC, PNV, EH Bildu, Más País, PDeCAT o Compromís, celebraron la importancia de la actitud mostrada por los presos, aunque diversos de ellos subrayaron la tardanza. Por su parte, PP, Vox, Ciudadanos, Unión del Pueblo Navarro y Foro Asturias no le concedieron ningún tipo de crédito, y descalificaron la acción como falsa y tramposa, y la interpretaron como un intento del Gobierno de lavar la imagen de Bildu como nuevo socio parlamentario preferente.


No transcurre una semana sin que el terrorismo y sus secuelas no se cuele por diversas vías en la Cámara. ETA, los herederos de ETA y los presos de ETA están últimamente presentes en casi todos los debates que se realizan en el Congreso. El Gobierno, desde la mesa de Consejo de Ministros, evitó entrar en el enfrentamiento político directo. Isabel Rodríguez, la ministra portavoz, recalcó que siempre han estado y estarían en un compromiso claro de reconocimiento a las víctimas y recalcó que “el Gobierno celebra afortunadamente hace 10 años la democracia venció a ETA” y “lo que no va a hacer nunca este Gobierno es recuperar el dolor de las víctimas para hacer ningún tipo de iniciativa política”.


Además, Podemos, como hicieron Más País, PDeCAT, Compromís, ERC y, al finalizar el pleno, el socialista Patxi López, lehendakari vasco cuando ETA estaba aún activa, reprocharon a la derecha y en especial a Ciudadanos la fijación por mirar al pasado, por atribuirse la representación de todas las víctimas y por utilizarlas ahora para socavar al Gobierno con fines partidistas.


Por otro lado, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo-Covite ha calificado de “buena noticia” el comunicado, aunque pide que cumplan con la literalidad del mismo y ha pedido más avances. “Que nos alegremos de esta noticia es una cosa, y otra muy diferente es que tengamos que reconocérselo como un gesto por ‘la paz y la convivencia’”, ha añadido el colectivo presidido por Consuelo Ordoñez, hermana del concejal del PP Gregorio Ordoñez, asesinado por ETA en 1995.


Carmen Ladrón de Guevara, abogada de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), por su parte, ha indicado que si hay intención de “aliviar todo sufrimiento” a las víctimas del terrorismo “ahora toca empezar a colaborar con la Justicia para resolver los más de 300 atentados de ETA pendientes de esclarecer”.




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