Imagen: @LasVentas

En la apertura de la temporada de San Isidro, la plaza se llenó hasta el tope, pero la expectación inicial se desvaneció rápidamente en una tarde marcada por la desigual presentación de los toros de Alcurrucén y la variedad en las actuaciones de los diestros.

El primer toro de la tarde, Afectuoso, destacó por su encastada y gran fijeza, mostrando un impresionante pitón derecho que invitó a la reflexión. A pesar de la intensidad de las embestidas, el torero García Pulido no logró cuajar una faena memorable, destacando solo en las cuatro primeras tandas. Sin embargo, la entrega y el valor del diestro mantuvieron la emoción en el ruedo. El sexto toro, en cambio, careció de la nobleza y terminó apagado, marcando el declive de la tarde.

Morante de la Puebla, con su estilo arrogante, se enfrentó a la dificultad del segundo toro. A pesar de algunos momentos de brillantez, como un trincherazo y unos naturales monumentales, su faena se vio truncada por la falta de continuidad y un cambio de mano inoportuno. La tarde siguió con altibajos para Morante, quien sufrió una deslucida actuación y una estocada que selló su bronca.

Diego Urdiales, por su parte, supo aprovechar la esencia del tercer toro, sacando lo mejor de él a pesar de su violencia huidiza. Con intensos derechazos y una entrega notable, Urdiales logró caldear el ambiente y arrancar los aplausos del público. Sin embargo, el quinto toro se mostró más violento y sin entrega, dejando al diestro sin opciones claras para lucirse.

En resumen, una tarde marcada por la desigual presentación de los toros de Alcurrucén, donde la solera de Urdiales y algunos destellos de Morante contrastaron con la mediocridad de la corrida. A pesar de los esfuerzos de los diestros, la falta de colaboración de los astados impidió que la tarde alcanzara su máximo esplendor.

Ficha Técnica

- Ganadería: 6 toros de Alcurrucén, de desigual y variada presencia. Destacó la encastada y gran fijeza del primer toro, la nobleza del tercero y la violencia del quinto.

- Diestros:

 Morante de la Puebla (buganvilla y oro): Silencio tras una serie de pinchazos y descabello; silencio tras estocada.

Diego Urdiales (rioja y oro): Vuelta al ruedo tras gran estocada; silencio tras pinchazo y estocada.

García Pulido (celeste y plata): Saludos tras estocada; silencio tras pinchazo y estocada.

Una tarde de altibajos que dejó un sabor agridulce en el público, marcada por momentos de brillantez y otros de decepción en la primera función de San Isidro.

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