Se echaba de menos a Italia en el panorama futbolístico. La ausencia de la Azzurra en el último Mundial dejó un vacío que no tenía mucho sentido. Tras un necesario pero doloroso cambio de ciclo, los dirigidos por Luciano Spalletti están listos para volver a competir con los mejores, y justo a tiempo. En su debut en la Eurocopa, superaron a Albania y convirtieron en anécdota el despiste inicial del partido. Italia ha llegado a Alemania dispuesta a defender su trono con uñas, dientes y, por supuesto, con fútbol. Ese toque efectivo de siempre no se ha perdido, ni siquiera con la nueva generación de futbolistas.
Asistencia: 60.512
Árbitro: Felix Zwayer (GER)
Goles:
Italia: Bastoni (11), Barella (16)
Albania: Bajrami (1)
Amonestaciones:
Italia: Pellegrini (21), Calafiori (51)
Albania: Broja (51), Hoxha (74)
Alineaciones:
Italia: Gianluigi Donnarumma (cap) - Giovanni Di Lorenzo, Riccardo Calafiori, Alessandro Bastoni, Federico Dimarco (Matteo Darmian 83) - Davide Frattesi, Jorginho, Lorenzo Pellegrini (Bryan Christante 77), Nicolo Barella (Michael Folorunsho 90+2), Gianluca Scamacca (Mateo Retegui 83), Federico Chiesa (Andrea Cambiaso 77). DT: Luciano Spalletti.
Albania: Thomas Strakosha - Elseid Hisaj, Ajeti Arlind, Berat Djimsiti (cap), Mario Mitaj - Kristjan Asllani, Nedim Bajrami (Ernest Muci 87) - Jasir Asani (Arber Hoxha 68), Ylber Ramadani, Armando Broja (Rey Manaj 77), Taulant Seferi (Qazim Laci 68). DT: Sylvinho.
La selección italiana presentó credenciales sólidas a pesar del susto inicial. En el Signal Iduna Park de Dortmund, los de Spalletti tuvieron que remontar un temprano error de Dimarco en el primer minuto de juego, que Bajrami aprovechó para desatar la locura entre los albaneses. La respuesta italiana no se hizo esperar. Con un fútbol vertiginoso, ideas claras y un esfuerzo colectivo que sobresalía por encima de cualquier individualidad, Italia igualó el marcador a los once minutos. Bastoni, con un cabezazo a placer tras un excelente centro de Pellegrini, puso el 1-1.
Cinco minutos después, Barella, el timón y líder espiritual del equipo, confirmó la remontada con un disparo desde la frontal. Italia demostraba su capacidad ofensiva, apoyada en la vocación atacante de Di Lorenzo y Dimarco, favorecidos por una línea de tres centrales que les permitía avanzar con libertad. Los balones a Pellegrini y Frattesi en zonas intermedias fluían con asombrosa facilidad, dejando claro que Albania no estaba preparada para plantear una batalla seria.
La Azzurra tuvo oportunidades de cerrar el partido rápidamente. Frattesi se encontró con el palo en un mano a mano con Strakosha, y Scamacca falló otra clara ocasión. A pesar de esto, parecía improbable que Italia fuese a sufrir otro sobresalto hasta el final del partido.
Sin embargo, tras el descanso, el juego italiano se apagó. Albania, aunque no fue una amenaza real, se mantuvo en el partido hasta el último suspiro, sembrando incertidumbre en una Italia que, temiendo un tropiezo, retrocedió y recuperó el conservadurismo que tantos éxitos le ha dado en el pasado.
El susto final llegó en el minuto 90, cuando Rey Manaj, en un balón largo, bajó el esférico con el pecho y se encontró en un mano a mano con Donnarumma. El portero italiano salvó la situación, conteniendo la respiración de todo un país, o más bien, de dos.
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