Tremenda actuación del joven Ismael Martín en la última tarde de toros en La Glorieta

Emotivo cierre de la Feria de Salamanca en La Glorieta, con un concurso de ganaderías que puso el broche final a los festejos. En esta ocasión, los hierros de El Capea, Puerto de San Lorenzo, Garcigrande, Olga Martínez, Hermanos García Jiménez y Lorenzo Rodríguez 'Espioja' dieron vida a la tarde, lidiados por José María Manzanares, Borja Jiménez (quien sustituyó a Morante de la Puebla) y el salmantino Ismael Martín, que debutaba como matador de toros en su tierra tras tomar la alternativa el pasado 29 de junio en Burgos. La tarde transcurrió con buen tiempo, algunas nubes y 20 grados de temperatura, y media entrada en los tendidos. El ruedo estaba en perfectas condiciones, aunque destacó la anomalía de presentar los hierros ganaderos del concurso marcados a cal sobre el albero. La jornada finalizó con un errático José María Manzanares, sin trofeo alguno; Borja Jiménez, que cortó dos orejas y recibió una ovación; y el gran triunfador, Ismael Martín, que se llevó nada menos que tres orejas.

La tarde comenzó con José María Manzanares, quien lidió un toro de nombre Botijero, de 508 kilos y capa negra bragada, de la ganadería de El Capea. El animal respondió bien en el tercio de varas, llevándose una sonora ovación del público charro. Sin embargo, un mal pinchazo y una estocada lateral deslucieron la meticulosa faena anterior. Manzanares solo obtuvo una ovación, sin mayores reconocimientos.

El segundo toro de la tarde fue para Borja Jiménez, que lidió a Cuba, de la ganadería Puerto de San Lorenzo, negro mulato. El toro salió algo tímido al ruedo, pero rápidamente se entregó al capote de Jiménez. Su bravura quedó demostrada en el primer puyazo, donde con fuerza movió al caballo hasta casi desequilibrarlo. Borja ejecutó un toreo brillante, aunque sufrió un pequeño susto tras un amago de enganchón con el noble astado, que mantuvo el ritmo durante toda la faena. Tras un pinchazo menos certero de lo esperado, el toro luchó hasta el final, y Borja consiguió cortar una oreja.

El turno fue para Ismael Martín con Soviético, un toro negro de 551 kilos, de la ganadería Garcigrande. Vestido de azul marino y oro, Martín casi sufrió un percance al recibir al toro de rodillas con el capote, aunque el primer pase fue bueno. No corrió la misma suerte en el segundo, cuando perdió la muleta y quedó expuesto ante el astado. El toro mostró poca decisión en el tercio de varas, pero Ismael se ganó al público de La Glorieta al poner las banderillas él mismo con gran acierto. Fue valiente y frío en su faena, destacándose con un toreo sobresaliente que dejó al público sin aliento en cada muletazo, coronando así una brillante actuación y proclamándose vencedor del primer asalto del concurso.

Pasado el ecuador de la tarde, llegó el turno de Virrey, el segundo toro de José María Manzanares, un animal de 501 kilos y negro, de la ganadería Hermanos García Jiménez. El toro comenzó con fuerza, pero en el tercio de varas se negó a embestir, lo que deslució su prometedor inicio. Poco a poco fue manseando, y Manzanares, que buscaba redimirse, no tuvo opciones de lucimiento. En la suerte suprema, volvió a fallar, necesitando hasta tres intentos para acabar con el astado, lo que resultó en una tarde desafortunada para el diestro alicantino.

El quinto toro de la tarde fue Sosito, de la ganadería Olga García Jiménez, negro bragado corrido axiblanco girón, de 519 kilos. Borja Jiménez lo recibió bien con el capote, pero el toro mostró dificultades en el tercio de varas, donde le costó entrar al picador. Aún más problemas hubo con las banderillas, de las que solo tres lograron clavarse tras más de cuatro intentos. Borja, pese a estos inconvenientes, supo sacar lo mejor del astado en la faena de muleta, aunque falló con la espada. Tras un aviso, finalizó la faena con el descabello, cortando una oreja y cerrando su actuación con dos en total.

Cerró la función Ismael Martín con Torerito, un imponente astado de la ganadería Lorenzo Rodríguez 'Espioja', negro mulato y de 617 kilos. Ismael volvió a poner las banderillas, y el toro, desde lejos, se arrancó con fuerza hacia el joven diestro, que demostró nuevamente su valor y precisión. Ovaciones y aplausos inundaron la plaza, rendida ante el talento del joven torero de 21 años. A pesar de los momentos de desconcierto que provocaron los movimientos erráticos del toro, Ismael supo mantener el control, brillando especialmente con la mano izquierda. El final fue perfecto tanto para el toro, el torero como para el cierre de las fiestas taurinas de Salamanca, que encontraron en Ismael Martín a su nuevo ídolo.