Fuerza y honor, así es como empieza la película de Gladiator, y que se podría asemejar al inicio del partido del Salamanca UDS contra el líder e invicto, Numancia de Soria.
Los charros recibían en el Helmántico a un equipo poderoso, al igual que Máximo Décimo Meridio, que lucharía contra las tropas germánicas en las fronteras del Imperio Romano. Y eso es lo que hicieron los salmantinos, salir con fuerza para luchar contra un equipo que, a priori, eran mejores. Las estadísticas no eran del todo favorables para los de Chiapas; ya que, según los partidos anteriores, el juego del rival, los goles a favor del Numancia (y los que recibe) y que el Salamanca era de los peores equipos locales de su grupo, muchos aficionados no esperaban un enfrentamiento de tú a tú contra el líder.
Los gladiadores charros salieron con más intensidad de lo habitual, aunque fueron los rivales los que llegaron antes al área del Salamanca. Los dos equipos pudieron abrir el marcador en los primeros minutos del encuentro, y los salmantinos lo hicieron, pero el gol fue invalidado por un choque.
A medida que avanzaban los minutos del partido, la cosa se ponía más interesante, y es que los salmantinos eran los que mejor estaban sobre el terreno de juego.
Gran parte de culpa de provocar peligro en las defensas sorianas fueron de Juancho y Souley, que estaban en su jardín particular, y que mejor jardín que en el cesped del Helmántico. El costado izquierdo era la zona para picar piedra y poner a trabajar a los defensores del Numancia, y lo consiguieron, pero sin premio. También hay que reconocer el esfuerzo de la defensa, que estuvieron seguros atrás y contundentes sin sufrir demasiado contra uno de los equipos punteros de la competición.
La primera parte no convenció a los jugadores, y fueron a por todas en la segunda mitad. Juancho, que estaba siendo el mejor del partido, quiso más y asustó a Kudakovskiy con un disparo raso que se marchó por poco a la derecha de la portería.
El Salamanca quería más y llamaba a los guerreros para hacer el grito de guerra y echarse hacia adelante para intentar conseguir la victoria. Ninguno de los dos equipos dio su brazo a torcer, ni traspasar ninguna de las defensas, que protegían el área cual formación tortuga.
El Numancia parecía conformarse con el empate, pero los charros olieron sangre y vieron que podían conseguir los tres puntos, que habría supuesto la primera victoria de la temporada en casa.
Finalmente, en los últimos seis minutos de partido llegó el clímax, y el punto más álgido. En el minuto 84 el Numancia consiguió el 0-1, pero en la siguiente jugada Alvarito aprovechó un rechace para poner el empate en el marcador y que los dos equipos se llevasen un punto cada uno.
Ese partido demostró que, cuando los jugadores quieren, pueden competir contra cualquier equipo, y que son un serio candidato a estar en lo más alto. La plantilla tiene calidad de sobra, pero es la historia de siempre y que muchos aficionados ya saben, los culpables no son los jugadores. Felicitar a los jugadores por el partido, y que, si salen así en cada partido, que tengan por seguro que harán cosas grandes. Por eso, y como bien dijo Máximo Décimo Meridio: Fuerza y honor (para el Salamanca).
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