Victoria de mucho valor la que consiguió el Santa Marta en su visita al Becerril. Un partido de los que refuerzan la moral, marcan carácter y confirman el buen trabajo colectivo. El equipo dirigido por María supo manejar los tiempos, sufrir cuando tocó y, sobre todo, golpear con precisión para llevarse tres puntos de oro ante un rival directo.
El encuentro arrancó con el Santa Marta muy metido en el partido. A los tres minutos, Chopi ya daba el primer aviso en el área rival con una llegada peligrosa. El Becerril respondió pronto, pero sus intentos quedaron invalidados por fuera de juego. La igualdad se rompió en el minuto 19, cuando el árbitro señaló penalti a favor de los visitantes. Un minuto después, Chopi no falló desde los once metros y puso el 0-1 con sangre fría.
Con ventaja en el marcador, el Santa Marta mostró su mejor cara: juego vertical, presión alta y una línea ofensiva muy activa. En el 38’, Álex tuvo el segundo tras una gran asistencia de Mano Tata, pero un defensa salvó in extremis.
Al descanso, el 0-1 hacía justicia a lo visto sobre el césped. Sin embargo, la segunda parte cambió el guion. El Becerril dio un paso adelante y, aunque Mano Tata tuvo el 0-2 en una clarísima ocasión en el 57’, fueron los locales quienes empataron. En el 61’, Miguel Blanco conectó una volea imparable tras un córner que puso el 1-1.
Pero cuando el choque se tornaba más tenso, apareció Villardón. En el 73’, el lateral sorprendió con un trallazo desde fuera del área que se coló en la portería local como un obús. Golazo y 1-2 para un Santa Marta que volvía a tener el mando.
El tramo final fue un auténtico ejercicio de resistencia. El Becerril apretó con todo y en el minuto 90 rozó el empate con un disparo que se estrelló en el larguero, dejando al banquillo visitante sin aliento. Pero el marcador no se movió más.
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